Benvingudes i benvinguts. Bon dia, que estenc al públic que ens segueix a través de “streaming”.
Hui formalitzem l'inici d'un nou any acadèmic, el curs dos mil vint-i-un - dos mil vin-ti-dos. Vull començar aquest discurs reprenent alguna cosa que ja vaig comentar en la clausura del curs passat: fent una crida a l'optimisme realista, amb sensatesa i prudència, perquè tot apunta al fet que aquest serà el curs d'eixida de la pandèmia. Però sent això fonamental, en un discurs com el d'obertura no poden quedar fora altres aspectes d'enorme rellevància als quals em referiré a continuació, i que marcaran el desenvolupament del curs que ara comença.
Vull començar agraint a la professora Purificació García Segovia la impartició de la seua excel·lent lliçó d'obertura. Moltes gràcies Puri. Entenc la lliçó magistral d'obertura com un espai d'oportunitat que hem d'aprofitar per a millorar la difusió del coneixement d'excel·lència i d'actualitat que es genera en la nostra Universitat. Difusió que és tant interna com externa. Per tant, a ningú se li escapa el difícil de l'elecció, donada l'enorme quantitat d'oportunitats que el context de la nostra universitat alberga. Atenent la seua actualitat, interés i novetat, vaig convidar a la professora Puri García a impartir la lliçó “Perspectiva de gènere en alimentació, nutrició i gastronomia” i li done des d'ací l'enhorabona per la lliçó i per l'activitat que ve desenvolupant, ací exposada.
Encara que existeix molta legislació referent a la incorporació en l'educació superior de la perspectiva de gènere (PG) - des de principis dels dos mil -, a nivell europeu, nacional o autonòmic, en l'educació superior encara hi ha millores pendents en la seua aplicació. La nostra Universitat va ser convidada per la Xarxa Vives a participar en l'elaboració d'una dels seus guies de perspectiva de gènere, en aquest cas en l'àrea de Nutrició Humana i Dietètica. Hui hem pogut conéixer algunes de les reflexions i conclusions d'aquest nou treball i investigació.
Enhorabuena a todo el profesorado que ha visto reconocido un nuevo tramo de investigación –sexenio– en la última convocatoria y, en particular, mi más sincera felicitación a quienes han obtenido su quinto sexenio. Quiero destacar el esfuerzo que esto supone, un trabajo que requiere como mínimo 24 años de dedicación a la investigación, simultaneado con la faceta docente y de gestión, hasta poder acumular esos cinco tramos (mínimo teniendo en cuenta los posibles solapes que puedan darse con los períodos correspondientes al campo de la transferencia, actividad de inestimable valor). Desde aquí os transmito el agradecimiento por vuestro tesón en nombre de toda la comunidad universitaria. Vuestro trabajo contribuye de manera fundamental a la consecución de una mejor universidad. Una institución reconocida año tras año como la mejor universidad politécnica de España en numerosas evaluaciones internacionales. Como he hecho en otras ocasiones, vuelvo a recordar que la actividad investigadora, de innovación y de transferencia son parte integral de la vida académica, y que deben jugar su papel en armonía con la docencia. La buena docencia y la buena investigación, van de la mano, contribuyendo ambas al desarrollo de una sociedad mejor.
Por primera vez hemos reconocido en un acto público a los nuevos Catedráticos y Catedráticas de Universidad. Felicidades, compañeras y compañeros. Me parecía importante, y muy relevante, este detalle simbólico con ocasión de que hayáis alcanzado el rango académico máximo en el sistema universitario español. Vuestro logro viene a reconocer años de esfuerzo y dedicación a la actividad universitaria. También quiero subrayar vuestro rol como mentores de las nuevas generaciones de investigadoras e investigadoras que se incorporan a la universidad. Ahora pasa a ser aún mayor, y más teniendo en cuenta el fuerte relevo generacional que se va a producir en la plantilla durante la década que comenzamos.
En la tradicional lectura de la Memoria del curso pasado, el Secretario General ha realizado una exposición de datos, logros y hechos, que esbozan la realidad de una sólida institución, que en sus poco más de 50 años de historia ha conseguido situarse entre las mejores instituciones de educación superior del mundo. Si bien las cifras presentadas pretenden resumir lo esencial de nuestra institución, una primera valoración de estos resultados es motivo más que suficiente para dar la enhorabuena a toda la comunidad universitaria –PAS, alumnado y profesorado–, que con su esfuerzo continuo han hecho posible el presente de esta universidad y el brillante futuro que tenemos por delante. Secretario General, Toni, quiero felicitarte por el encomiable esfuerzo de síntesis y claridad que vienes realizando año tras año para resumir en tan breve espacio de tiempo la actividad de una institución tan diversa y rica en matices como es la UPV.
Los datos estadísticos del curso pasado apuntan en una dirección clara, con cuestiones relevantes y positivas que me gustaría subrayar a continuación.
En primer lugar, uno de los indicadores presentados debe alegrarnos especialmente a todos, y es el hecho de que la movilidad internacional vaya recuperándose poco a poco. Más de 1000 estudiantes han participado en algún programa de intercambio, programas que con los años se han convertido en un elemento consustancial a la experiencia universitaria de todo estudiante. Este dato seguirá creciendo con fuerza en el curso que empieza, y que nos permitirá recuperar en breve niveles cercanos a la época pre-pandemia.
En el ámbito DOCENTE, este año el interés de los y las jóvenes por acceder a la UPV ha sido sin duda uno de los principales motivos de satisfacción, circunstancia que nos permite afrontar con mayor optimismo los tiempos que se avecinan: todos los títulos de grado ofertados han cubierto sus plazas; se ha asignado un total de 6202 plazas y todos los ámbitos de estudio ven aumentada su demanda en relación al curso pasado, de manera significativa.
Cinco de nuestras titulaciones se encuentran entre los 15 grados del Sistema Universitario Valenciano con la nota de corte más alta. Mención especial requiere la extraordinaria acogida de los nuevos títulos de grado que se ponen en funcionamiento en este nuevo curso: el doble Grado en Ingeniería de Tecnologías y Servicios de Telecomunicación y Matemáticas; el doble Grado en Ingeniería Civil y Matemáticas, y los dos nuevos grados en Diseño Arquitectónico de Interiores y en Ingeniería Física.
A todo esto, hay que sumar que la calidad de nuestros títulos sigue demostrándose día a día con hechos y evidencias. Dos grados y ocho másteres han recibido los sellos internacionales de calidad EURO-ACE y EUROINF, a lo que hay que añadir los elevadísimos índices de satisfacción de nuestros egresados con la formación recibida.
En cuanto a la ACTIVIDAD INVESTIGADORA quisiera destacar que los resultados de captación de fondos de I+D+i que ya conocemos de 2020 han sido especialmente satisfactorios, retomando niveles cercanos a los de 2018, y no muy lejos del máximo histórico de 2019, y todo esto pese a la complicada situación que ha generado la pandemia en todos los ámbitos.
La capacidad de adaptación y el saber detectar nuevas oportunidades son herramientas fundamentales para abordar situaciones complejas como la que vivimos. Una de esas oportunidades es la puesta en funcionamiento de nuevas fuentes de financiación previstas para el curso que comienza. Recientemente hemos cerrado la nueva convocatoria de ayudas Margarita Salas, María Zambrano y de recualificación del profesorado, con un éxito de solicitudes relevante. Pedimos a la Administración que la nueva financiación, que las ha hecho posibles, se mantenga en anualidades posteriores.
Otro hecho relevante que se ha producido el curso pasado es el fin del Programa Marco de Investigación Europeo “Horizonte 2020”, que ha dado paso a un nuevo programa denominado “Horizonte Europa”, que con una dotación de más de 95 mil millones de euros sigue siendo uno de los mayores programas de investigación del mundo, prueba evidente de la relevancia que la investigación y la innovación tienen a nivel europeo, relevancia que esperamos se vaya trasladando a los niveles nacional y autonómicos. Este nuevo programa toma como base los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, y tiene como fin potenciar la competitividad europea y el crecimiento
Este momento de cambio es idóneo para realizar balance de los resultados cosechados por la UPV en el programa que ahora termina. La UPV se ha posicionado en Horizonte 2020 como una de las universidades líderes de nuestro país, con unos resultados que suponen un paso de gigante frente a lo alcanzado en el VII Programa Marco, que ya eran muy buenos. En el contexto de la Comunitat Valenciana los resultados son todavía más espectaculares, situándonos como la entidad que ha participado en más proyectos, casi 200. Para hacernos una idea del orden de magnitud, esta cifra casi duplica a la de la siguiente entidad valenciana de la lista.
Pero no nos conformamos. Por eso durante el curso pasado, todavía como Vicerrector de Investigación, Innovación y Transferencia, lancé una nueva iniciativa de promoción para la participación en Horizonte Europa, denominado CPI Europe, que estoy seguro ayudará en gran medida a consolidar y mejorar, si cabe, los resultados cosechados por nuestra universidad en el competitivo H2020 que ahora termina. También obtuvimos el curso pasado el sello de excelencia en recursos humanos de investigación promovido por la Comisión Europea, HRS4R. Trabajaremos para mejorar las condiciones en las que se realiza la investigación en la UPV y facilitar la creación de una carrera investigadora a todos los niveles.
Hemos conocido recientemente algunos resultados sobre nuestro posicionamiento en rankings internacionales de universidades. Considero que los resultados en rankings son muy importantes, que deben tenerse en cuenta, y que debemos trabajar por mejorar nuestra posición. Sin embargo, no debemos perder de vista que la realidad universitaria no se reduce a la posición en una tabla.
No obstante, el pasado 15 de agosto se publicó la última edición del Academic Ranking of World Universities, más conocido como ranking de Shanghai. Un año más, nuestra universidad queda entre las 400 mejores universidades del mundo, se ubica entre las 8 mejores de España, y sigue siendo la universidad politécnica española mejor ubicada en dicho ranking. Es por esto que quiero felicitar con orgullo a toda la comunidad UPV. Estos resultados no son la labor de unos meses o de unos pocos años; reflejan toda una trayectoria y el sentir de una institución que trabaja duro por aumentar su relevancia internacional, especialmente en el ámbito investigador, que es en lo que se enfoca esta clasificación. También felicito a la Universitat de València con quien compartimos la horquilla de las universidades españolas clasificadas entre los puestos quinto y octavo. Y felicito además a todo el sistema universitario público valenciano que en más de una ocasión ha situado sus cinco universidades públicas en las mil primeras posiciones de este ranking. Esta extraordinaria calidad de nuestro sistema se alcanza a pesar de la importante diferencia de inversión en educación superior e I+D que sufrimos en las universidades públicas, respecto a la que se realiza en otros países de nuestro entorno. A esta situación hay que añadir las dificultades burocráticas que provoca el actual marco normativo que, en numerosas ocasiones, impide rendir al máximo potencial a unas instituciones que han demostrado, en numerosas ocasiones, su solvencia, capacidad y valía a la hora de competir con nuestros pares a nivel internacional.
Siguiendo con la vertiente internacional, diversos hechos y datos reflejan la fuerte internacionalización de nuestra Universidad, presente de manera destacada en la actividad de I+D y en el intercambio de estudiantes. No obstante, considero que debemos hacer mucho más, y por ello vamos a apostar con fuerza en este ámbito. Un marco de trabajo fundamental, dada la relevancia y oportunidades que presenta, va a ser la alianza ENHANCE, que tiene carácter estratégico. Este consorcio, del que formamos parte junto a varias de las principales universidades tecnológicas de Europa, se enmarca en la estrategia de la Comisión Europea encaminada a crear campus universitarios europeos, de aquí a 2025. Desde este consorcio vamos a promover la movilidad de estudiantes, titulaciones conjuntas, la investigación transdisciplinar y la competitividad internacional, elementos que consideramos cruciales para la recuperación y la construcción de un futuro sostenible. Además, esta es una muestra más del compromiso de la UPV en el proceso de construcción del Espacio Europeo de Educación Superior que arrancó hace casi dos décadas.
Tras un periodo de formalización y transición, el curso que empieza va a ser el del arranque definitivo de las iniciativas objeto de la alianza.
Como Universidad, más aún siendo una institución de carácter público, tenemos una gran responsabilidad social en todos los ámbitos de nuestra actividad, incidiendo de manera directa en el bienestar y la mejora de una sociedad libre y democrática. Debemos impulsar políticas decididas que hagan llegar los valores sociales y éticos universitarios a todos nuestros colectivos, especialmente al estudiantado. Una herramienta fundamental es su participación en la vida de campus, no solamente a través del tiempo que dedican a las actividades docentes regladas, sino también extendiéndola a otras acciones fuera de las aulas como el voluntariado o el Programa de Generación Espontánea. Queremos que estén presentes en la actividad investigadora y de transferencia, y para desarrollar otras actividades de voluntariado, difusión o cooperación que contribuyan a la mejora de nuestra sociedad. Todo ello desde una perspectiva integral porque la experiencia universitaria va mucho más allá de la adquisición de conocimientos.
Considero que el marco de funcionamiento al que nos encamina la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas nos debe guiar en esta tarea. Los ODS son el espejo en el que queremos mirarnos, un deber y una obligación de todos los ciudadanos y ciudadanas, al que las instituciones no podemos permanecer ajenas.
Por esto me parece importante remarcar alguno de estos ODS, concretamente el número 13 sobre la acción por el clima. Este verano se han alcanzado temperaturas extremas en diversas partes del mundo, y más altas de lo habitual en la gran mayoría de sitios. En el Death Valley de California se ha superado el récord mundial de temperatura, llegando a registrarse una máxima de 56ºC, y en Europa la situación también ha sido complicada, alcanzando en Atenas temperaturas de hasta 46,3ºC. Ha habido fenómenos meteorológicos poco frecuentes, que se consideran debidos al cambio climático, que han producido importantes daños económicos, y lo que es peor, muchas perdidas de vidas humanas, tanto en sitios distantes como la India o muy cercanos, como es el caso de las lluvias torrenciales en Centro-Europa, con más de 160 victimas.
Reafirmo el compromiso de la UPV con la transición ecológica que iremos abordando a través de acciones transversales, y en algunos casos empezando con actuaciones piloto. Sabemos que nuestros objetivos de sostenibilidad están alineados con los de las administraciones públicas. La reducción de la movilidad basada en motores de combustión es un hecho que avanza muy rápido, tal y como apunta la Unión Europea, que ha planteado como objetivo disponer de 30 millones de vehículos eléctricos para 2030. La movilidad eléctrica se está imponiendo por ahora, y la UPV debe aprovechar e impulsar las oportunidades que se abren, aunque sabemos que hay alternativas como el hidrogeno que pueden ser prometedoras, y en las que seguro tenemos mucho que aportar, y grandes oportunidades de investigación e innovación.
Otros hechos muy recientes nos recuerdan la complejidad del mundo en que vivimos y la magnitud de algunos problemas que solo pueden abordarse desde un planteamiento común y cooperativo. Todos somos conscientes de que desde la institución universitaria nos encontramos en una posición estratégica para aportar a estas cuestiones globales, en las que podemos jugar un papel fundamental. A nadie se le escapa el rol que juega una institución como la universitaria en la que se dan cita libre-pensamiento, democracia y autonomía, cuestiones que damos por hecho en nuestro contexto pero que en otros países son extremadamente frágiles o no existen. Un ejemplo reciente lo tenemos en la terrible crisis que afronta Afganistán, ante la cual ha habido una respuesta común del mundo universitario, que ha movilizado rápidamente a un gran número de instituciones de educación superior de todo el mundo, para emitir una declaración conjunta que incluye recomendaciones para la protección y asistencia de académicos, estudiantes y miembros de la Sociedad Civil de ese país. A esta iniciativa, coordinada por la Scholars at Risk Network (SAR), se ha sumado la European Universities Association (EUA), y la propia CRUE, entre otras instituciones. Por supuesto, como rector, me he sumado al respaldo de la iniciativa y, en la medida que podamos, desde la UPV trataremos, en coordinación con los poderes públicos, de ayudar a paliar las consecuencias de esa gravísima crisis.
Han pasado ya dieciocho meses de incertidumbre, dificultades, dolor y enorme esfuerzo colectivo, desde que se decretó el confinamiento debido a la COVID19. De forma repentina todo cambió. La pandemia ha traído dolor, sufrimiento y tristeza, llevándose a muchas personas; y también compañeros y compañeras de la gran comunidad UPV que nunca olvidaremos. Ha tenido un impacto sin precedentes en la economía, con una caída de todos los indicadores como nunca se ha visto en los registros históricos. El esfuerzo ciudadano, la coordinación de nuestras autoridades, y la acción de la Unión Europea han sido claves para que hayamos paliado muy significativamente los efectos de una caída económica de esta magnitud.
Aunque la pandemia no ha concluido, todo índica que, gracias a la vacunación, y a las medidas para contener la transmisión del coronavirus, ya estamos saliendo de esta profunda crisis. La semana pasada la vicepresidenta Nadia Calviño nos decía en un coloquio en Valencia que el coronavirus ya no se considera un factor que vaya a afectar significativamente a la recuperación de la actividad y del crecimiento económico. La salud y la economía están fuertemente ligadas. La Comunitat Valenciana va a crecer del orden de un 6,7 % este año, y seguirá haciéndolo fuertemente el año 2022. Se prevé que se alcancen los niveles económicos previos a la pandemia en el año 2023. No hay duda de que sin la ciencia, el dolor, las victimas y el daño económico hubieran sido muy superiores a lo que ya estamos sufriendo. Como decía al principio hay razones para un optimismo que debe ser prudente.
Esta situación ha permitido que arranquemos el curso con presencialidad total en nuestros campus; aunque este acto de apertura todavía está limitado en aforo, y no hemos podido invitar a todas aquellas personas e instituciones con que nos hubiera gustado contar. Es el tercer curso que se ve afectado por la pandemia y, aunque nuestro profesorado y personal de administración y servicios han hecho un esfuerzo encomiable para minimizar el impacto en la formación de nuestros estudiantes, debe reconocerse que tres cursos son algo realmente impactante en un grado; y mucho más en el caso de los títulos de master. El estudiantado alcanza y desarrolla muchas de sus competencias gracias a la vida y la interacción en los campus y en las aulas. Es esencial recuperar y mantener la presencialidad, y por ello vuelvo a remarcar la necesidad fundamental de que sigamos con el máximo celo los protocolos de seguridad sanitaria vigentes en cada momento. Y además, de nuevo, hago un llamamiento para que quien no haya podido o querido vacunarse, lo haga cuanto antes. La ciencia ha demostrado la utilidad de la vacuna, y es un factor vital para proteger a nuestros conciudadanos y para la salida de esta crisis.
Me parece oportuno en este momento reconocer y felicitar a nuestras autoridades sanitarias de la Generalitat porque su acertada gestión, que ha conseguido acelerar el ritmo de vacunación de manera notable, nos ha llevado a una situación mejor que la prevista hace tan solo tres meses. Vamos a estar pendientes de la evolución de los indicadores y medidas de sanidad, y de acuerdo con lo recomendado por el Comité de Seguridad y Salud de la UPV, acometeremos nuevas acciones de prevención de la transmisión del coronavirus. Debemos seguir demostrando nuestra resiliencia, e ir adaptándonos e improvisando conforme se sucedan los acontecimientos y decisiones, como ha tenido que pasar de forma inevitable en el propio arranque de las clases.
Confieso que estos días, cuando he caminado por el campus de Vera, he sentido algo especial al ver como la presencia de estudiantes en el campus vuelve a ser una realidad. Su regreso al campus, y a las aulas, ha permitido recuperar la vitalidad de nuestra universidad, y eso es algo que se siente, y que todos y todas disfrutamos.
Decía antes del verano que el curso que clausurábamos había sido distinto. Y digo ahora que el nuevo curso nos introduce en un nuevo tiempo de cambio. Muchos universitarios tenemos esa percepción hace tiempo. En la prestigiosa revista Nature [Nature 582, 162-164 (2020)] ya se avanzaba en 2020 que las universidades no volverán a ser lo mismo tras la crisis del coronavirus.
La pandemia ha obligado a acelerar cambios importantes que se veían distantes a principios de 2020. Se acelera la transformación digital contando además con el impulso en forma de inversiones públicas. Están cambiando algunos paradigmas que subyacían en los procesos de enseñanza-aprendizaje, y en la implementación de las enseñanzas en general. Negarlo, o no querer verlo, sería un error que no podemos permitirnos si queremos prestar adecuadamente el servicio público que la sociedad nos ha encomendado. Es nuestro deber y nuestra obligación.
No confundamos la necesaria digitalización de los procesos de enseñanza-aprendizaje con la transformación digital de la enseñanza-aprendizaje. Esta transformación va a introducir cambios importantes abriendo enormes oportunidades para mejorar la calidad de la formación, y llevar ésta más lejos y con mucha más facilidad a muchos más potenciales estudiantes, o profesionales que ven en la universidad una compañera perfecta en la que seguir confiando su formación a lo largo de la vida. También es una forma de profundizar en la democratización del acceso a la formación universitaria y en la internacionalización.
La UPV cuenta con enormes fortalezas para afrontar este futuro con garantías porque disponemos de capacidades únicas en el sistema, pero reconocemos también debilidades internas que vamos abordando en un proceso de mejora continua. El principal problema son las amenazas externas. Una de estas amenazas es el obsoleto marco de financiación que sufrimos las universidades públicas, y que no responde adecuadamente a las necesidades que tenemos para cumplir con nuestras misiones. Como ya he resaltado en mi intervención, el marco legal y de gestión ha empeorado sustancialmente en los últimos años, tenemos plantillas muy envejecidas debido a una política de tasas de reposición equivocada, entre otras cosas. La baja inversión en I+D de nuestro país lastra la actividad académica. El diagnóstico está claro y es conocido, pero las medidas necesarias para mejorar esta situación siguen a la espera, perdiendose un tiempo que no tenemos, y poniendo en riesgo el bienestar de las generaciones venideras.
En este escenario hemos recibido el pasado 31 de agosto el Anteproyecto de Ley Orgánica del Sistema Universitario, conocido como LOSU. Con frecuencia se oyen críticas hacia nuestras universidades con el argumento de que no hay ninguna en el “top 100” mundial. Considero esta crítica muy injusta, porque el marco legal y normativo en el que desarrollamos nuestra actividad es posiblemente de los peores que puedan encontrarse en el ámbito de los países de la OCDE. A todo esto hay que añadir unas políticas de inversión en I+D muy alejadas de las de los países más avanzados. Prueba de ello es que nuestro gasto en I+D es inferior al 60% de la media de la Unión Europea.
Aún así, es una realidad que el Sistema Universitario Español tiene 12 universidades públicas en el “top 500” del ranking de Sanghai, y 39 en el “top 1000” (una de ellas privada). Somos, tras el Reino Unido y Australia, el país de entre las quince mayores economías del mundo, que más universidades tiene en ese “top 1000” por millón de ciudadanos. Podríamos concluir, en todo caso, que nuestro sistema universitario es extraordinariamente eficiente, pero esto no debe llevarnos a una engañosa complacencia. Son muchas las oportunidades perdidas por nuestra sociedad debido a esto.
He expresado públicamente en muchas ocasiones mi opinión sobre la necesidad de una reforma del marco legal de las universidades. Por una verdadera reforma estructural. De entrada, mi bienvenida a la LOSU. Pero tras la lectura del texto me embarga la desilusión y la preocupación, aunque tengo la esperanza de que el trámite de la ley mejore sustancialmente el actual texto. Ahora mismo, y es mi opinión, considero que es una Ley con poca ambición, continuista, que apenas cambia nada, que no está a la altura de las expectativas de la sociedad española, y que no resuelve los grandes problemas de futuro que tiene la universidad. Si esto no se corrige, va a hacer entrar a las universidades en un proceso estéril de debate reorganizativo interno, que nos va a distraer de poder dedicarnos a ser actores fundamentales de la reconstrucción, y reformularnos para hacer frente a ese nuevo futuro cargado de retos y oportunidades que asoma tras la pandemia.
A esto debería haber apuntado desde el primero momento este texto legal, y a haber consagrado la autonomía universitaria, con una rendición de cuentas permanente a la sociedad. Ahora mismo podrían abrirse unos cuantos problemas nuevos que van a distraernos de nuestra verdadera misión, y el sistema universitario español seguirá teniendo que soportar la injusta crítica de que no consigue entrar en el “top 100” mundial.
Agraïsc a la nostra Consellera d'Innovació, Universitats, Ciència i Societat digital que ens acompanye en aquest acte d'obertura i li agraïsc la seua intervenció que demostra l'aposta i esforç que s'està fent des del govern valencià en aquest àmbit. Consellera, saps que tindràs sempre la màxima col·laboració i acompanyament des d'aquesta Universitat que és una Universitat Politècnica al servei de tots els valencians. Vivim temps de canvi en els quals hem de treballar conjuntament tot el sistema universitari amb el govern valencià. Els canvis del marc legal afectaran per descomptat a la Generalitat, perquè requeriran desenvolupaments legals posteriors, i un nou pla de finançament. Una imperiosa necessitat. El que la societat espera i necessita del sistema universitari públic ja no respon als esquemes d'abans. Ara es desenvolupa una gran activitat d'investigació, innovació i transferència que cal sustentar, hi ha ensenyaments que són estratègiques i mantenim equipaments científics de primer nivell pels quals hem d'apostar. Per això, sol·licitem una vegada més que se de la màxima celeritat al treball i gestions necessàries per a dotar a les universitats públiques d'un marc de finançament suficient, ambiciós i de futur. La inversió en les universitats és una de les més productives que puguen fer-se des de l'administració pública.
Agraïsc el treball que es fa des de la Conselleria per a donar solució al tema de les retribucions addicionals del sistema propi UPV; una cosa pendent i urgent; és una urgència la solució de la qual interessa tant a la Conselleria com a la pròpia Universitat. Esperem que la tramitació del Decret pendent es puga completar en les pròximes setmanes.
I d'altra banda, novament, eleve la petició que s'aborde sense demora la signatura del Conveni Col·lectiu del Personal Laboral de les Universitats Públiques. Ja teníem un preacord, fa anys, i costa entendre des de la comunitat universitària les raons de no haver resolt el problema que impedeix la signatura; fonamentalment tècnic-legal, i no econòmic. Demanem de nou que es busquen vies urgents per a la seua aprovació i implementació.
Aquest Conveni resoldria problemes econòmics del personal laboral, i obriria solucions contractuals tant per a personal docent com de suport a la investigació.
Per a concloure vull agrair a tot el meu equip de govern, i a tota l'estructura de gestió que treballa amb aquest, el ràpid i eficaç esforç que s'ha iniciat, des del passat un de juny, per a començar a implementar molts dels compromisos amb els quals vaig concórrer a les passades eleccions. I per descomptat gràcies a tota la comunitat universitària per la seua col·laboració que fa possible que això ocórrega.
Reitere les meues felicitacions a la professora Purificación García Segòvia per la seua lliçó d'obertura, a les professores i professors que han aconseguit el reconeixement de cinc sexennis, i els nous catedràtics i catedràtiques.
I desitge a tota la comunitat universitària el millor per a aquest nou curs, que comencem amb la il·lusió de la presencialitat, i amb molts i apassionants reptes per davant.
Moltes gràcies per la vostra atenció